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Ann Surg 2012;256: 581–585
El debate sobre la eficacia de la irrigación o lavado peritoneal en el ámbito de la peritonitis es de larga data. El lavado peritoneal fue defendido inicialmente en la literatura en un informe de 1907 donde los cirujanos recomendaban verter agua salada en la cavidad peritoenal. Años más tarde, otro informe sugiere añadir antibióticos a la irrigación. Las publicaciones que apoyan la utilidad de la irrigación peritoneal durante una apendicectomía por apendicitis perforada comenzó a aparecer en la literatura hace más de 3 décadas. Sin embargo, en un libro de texto publicado en la misma época, Maingot asevera: «La irrigación de la cavidad peritoneal para limpieza, en mi opinión, nunca se justifica.» A pesar de una gran cantidad de estudios que tratan de abordar esta cuestión, el debate ha continuado hasta el punto que los cirujanos defienden o condenan la irrigación. Asi pues, la eficacia de la irrigación de la cavidad peritoneal durante una apendicectomía por apendicitis perforada se ha debatido ampliamente. Hasta la fecha, los datos prospectivos comparativos son insuficientes. Por lo tanto, se realizó un estudio prospectivo y aleatorizado que comparó la irrigación peritoneal de aspiración solamente durante la apendicectomía laparoscópica en niños. Leer más…